Felices Fiestas

sábado, 15 de diciembre de 2007



Recuerden, ya a la venta en la Casa del Libro

"Relatos desde el Umbral" en La Casa del Libro

jueves, 6 de diciembre de 2007


Por fin la Casa del Libro vende el primer tomo de mi saga :)

La Editorial Comelibros lo ha distribuido, además, por otras librerías.
Ahora no dispongo de demasiado tiempo, pero ire informando acerca de los progresos de distribución.

¡Un saludo desde el Abismo!

Inicio de Nueva Web

jueves, 22 de noviembre de 2007


Acabo de crear una nueva web en la que alojo mis proyectos en 3D. Poco a poco iré mostrandoos algunos de mis trabajos. Espero que disfrutéis de este espacio:

THE ROLLS CRYPT

Entrevista a Howard Philips Lovecraft

jueves, 15 de noviembre de 2007

Me parece interesante mostraros este curioso video. Se trata de una entrevista ficticia realizada por unos fans de Lovecraft. Está muy bien caracterizado. El video promociona la nueva película -a punto de salir- basada en el maestro H.P.Lovecraft, titulada "Cthulhu". Os incluyo la dirección de la web, donde podréis ver el trailer: http://cthulhuthemovie.com/

Disfrutadlo.
Lamentablemente la película -por el momento- sera exclusiva del H.P.L.Film Festival, por lo menos hasta que alguien la ponga para descargar en internet... oremos a Cthulhu para que eso ocurra.

Aviso: El video está en inglés



¡Un saludo desde el Abismo!

Distribuidora Comelibros

jueves, 8 de noviembre de 2007

¡Buenas noticias!

La distribuidora Comelibros se hará cargo de la distribución de Relatos desde el Umbral en Madrid.
Aún dispongo de pocos datos, Y de momento os puedo decir que lo podéis encontrar en la librería Comelibros, situada en la calle Virgen del Val 14, en Barrio de la Concepción. Por el momento desconozco el resto de establecimientos en que estará a la venta.
Continuaré informando acerca de la distribución.

El portal de los Arcanos

jueves, 25 de octubre de 2007

Saludos, compañeros del abismo.
Navegando por internet me he topado con una web sumamente interesante, llamada EL PORTAL DE LOS ARCANOS, y cuál fue mi sorpresa -sumamente grata, por supuesto- cuando observé que hacían una reseña de mi obra, que para mi sorpresa databa del 25 de Agosto ¡¡Antes de la publicación del primer volúmen!!



Agradezco sinceramente a Taoteth-King el hecho de dar a conocer Relatos desde el Umbral a la comunidad lovecraftiana, ya que es a ellos a quienes va dirigida principalmente la obra. Invito también a aquellos que no conozcan su web a que la visiten, ya que rebosa información sobre nuestro común mentor Howard Philips Lovecraft, caballero de Providence.

Gracias. Y cuidado con los textos que leéis, pues algunos pueden conducirnos irremisiblemente a un destino peor que la propia muerte...

Relato: "A las puertas de la Ciudad Sumergida"

miércoles, 24 de octubre de 2007

Debido a la muerte este domingo de Juan Antonio Cebrián, gran profesional de la radio y director de un programa tan emblemático como "La Rosa de los Vientos", me he decidido a mandar un archivo de audio a diversas emisoras -como son Radio Ritmo, la SER, Onda Cero...-.
El archivo en sí contiene uno de mis relatos -del segundo volúmen de Relatos desde el Umbral-, y pretende rendir tributo a "La Rosa de los Vientos" y a Cebrián.
Aún es muy pronto para decir nada -he mandado los emails hace realmente poco-, y es muy probable que no obtenga respuesta, pero ¿qué demonios?, por probar no se pierde nada.

Bueno, amigos, ya que he entregué esa grabación a los medios, pensé que vosotros no podíais ser menos, sin embargo no he logrado incluir aquí el audio... Os pido disculpas, pero he tenido sufrido algunos contratiempos.

Si llegáis a escucharlo, veréis que mi voz es más grave; no es porque haya fumado demasiado, modifiqué el tono para que resultara más solemne...



A las puertas de la Ciudad Sumergida
por Roberto Julio Alamo

Fotografías de la presentación en el Urban Madrid Café

martes, 23 de octubre de 2007


Desde aquí quiero dar las gracias a mi prima Nuria por haberme hecho estas fotos en la presentación, y muchas gracias a todos los que acudieron y a todos los que están apoyando mi obra.

Os dejo con las fotos:






Nuevas noticias

lunes, 22 de octubre de 2007

Saludos amigos del Abismo.
La tertulia en el programa de radio fue realmente entrañable, y desde aquí quiero darles las gracias a Saturnino, por llevarme hasta la emisora, a Ricardo Clark, con el que tuve agradables charlas y al que le deseo gran éxito con su obra, a Luis, el técnico, ya que si no hubiera sido por él no hubieramos podido emitir, y en general, a todos los que me han apoyado y han ayudado a que mi obra y otras como la mía salgan a la luz.

A ver si consigo la grabación del programa y puedo subirla a la página. De momento solo os puedo decir que fue una grata experiencia.

Bueno, amigos, apenas tengo tiempo, por lo que os mando un saludo y me retiro de nuevo a mi torreón oscuro para idear nuevas y macabras historias más allá del umbral conocido...

Presentacion de Relatos desde el Umbral en la radio

sábado, 20 de octubre de 2007



Ayer, que estuve por Getafe firmando, tuve el gusto de conocer a numerosos escritores, entre ellos a Saturnino Martín. Éste, un escritor de la Editorial Maghenta, me invitó a que hoy, algo más tarde de las 10:00, hable en Radio Ritmo, una emisora libre de Getafe.

No creo que hoy, domingo, haya mucha gente despierta a estas horas -y si es así es porque ahora mismo se van a acostar-, pero aún así, os dejo aquí el link para que me escuchéis si tenéis oportunidad: Radio Ritmo.

Bueno, ya os hablaré más de la feria de Getafe, de los días que voy a volver a firmar, y un largo etcétera. Desde aquí muchas gracias a la Editorial Entrelíneas por la oportunidad que me brinda, y, por supuesto, a Radio Ritmo y a Saturnino Martín.

Un saludo!

Próxima presentación de "Relatos desde el Umbral" en el Bukowsky Club

viernes, 19 de octubre de 2007

¡Todo parece ir viento en popa!
En las próximas semanas os daré una fecha en la que me podréis acompañar en una nueva presentación de mi obra -esta mucho más informal-.
Carlos Salem, gran escritor y dueño del Club Literario Bukowsky, me acaba de dar la bendición para que realice esta nueva presentación en su local, un lugar acogedor que vio mis primeras lecturas en público.


Carlos Salem - Visiten su Blog: El huevo izquierdo del talento

Gracias, Carlos!

Incluyo aquí el link del Club Bukowsky :)

Firma de Libros en Getafe


La Editorial Entrelíneas me ha pedido que les acompañe a la Feria de Getafe, donde numerosas editoriales se reunirán para mostrar sus novedades. Allí estaré yo, en la caseta de Entrelíneas Editores, firmando y vendiendo algunos ejemplares de mi libro. Deseadme suerte. Aquí incluyo una noticia acerca del evento -extraída de Cronicamadrid.com-
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La XVI edición de la Feria del libro antiguo, nuevo y de ocasión de Getafe, que tendrá lugar del 19 de octubre al 11 de noviembre, estará dedicada al cine y su relación con la literatura.

El director de cultura de Getafe, Lorenzo Silva, ha declarado hoy, durante su presentación, que "se podrá contemplar el diálogo entre la palabra y la imagen, pues tanto autores como cineastas son un ejemplo práctico de la mezcla de las dos artes".

Esta edición, bajo el lema "una Feria de Cine", será inaugurada por el escritor, Manuel Vicent, el 19 de octubre, para después mantener un encuentro con el director de cine, José Luis García Sánchez, y dar paso a la proyección de la película "Tranvía a la Malvarrosa".

La Feria contará este año con 40 casetas que se instalarán en la plaza General Palacio, y contará con una pequeña biblioteca, en el propio recinto, con obras representativas de las lenguas que conforman el crisol de la ciudad.

Otra de las novedades es la proyección de 14 películas en el centro municipal de cultura donde la literatura se acercará al público a través de obras cinematográficas como "Alatriste", "El perfume", "las crónicas de Narnia" o "Harry Potter y la piedra filosofal".

Entre los escritores y directores de cine previstos que acudan a la feria están Almudena Grandes, Fernando Marías, Inma Chacón, Azucena Rodríguez o Miguel Albadalejo.

El director de cultura de Getafe, Lorenzo Silva, ha señalado que "este año la feria es más variada" y contará con "actividades en colegios e institutos, conferencias, encuentros con autores y se extenderá por el resto de barrios del municipio".

La Feria está organizada por la asociación de libreros "Cervantes" en colaboración con el Ayuntamiento de Getafe y tendrá la participación de pequeñas editoriales con escritores noveles.

El error de Naashim

jueves, 18 de octubre de 2007

Os dejo con un relato que escribí hace mucho mucho tiempo...

espero que os guste -es uno de los que incluiré en Relatos desde el Umbral Volúmen 2-

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El error de Naashim

Por Roberto Julio Alamo



Las nubes dibujaban bonitas y sorprendentes formas en el firmamento tiñéndose con tonos violáceos y azulados. El zigurat se elevaba sobre una amplia meseta terrosa terminada en terraplén en mitad de la vasta extensión baldía y algunos hombres contemplaban las estrellas escrutando el manto celeste.
La ciudad de Akkad era una de las más imponentes de toda Mesopotamia, la estatua de Naram-Sin se alzaba junto a la de Sargón I de Kish, el fundador de la urbe. Multitud de saberes antiguos habían perecido junto a los hombres que los poseían en las terribles y continuas guerras.
Gudea era un hombre de estatura mediana y rasgos acusados, como la mayor parte de los sumerios; era hijo de un astrólogo matemático llamado Naashim, importante entre la corte. El joven caminaba junto a la intrincada red de canales de riego mientras admiraba la exuberante vegetación de los jardines cuando le sorprendió ver una estrella fugaz.
La estrella se perdió de vista tras el enorme zigurat, que formaba una torre escalonada llamada Kathu alu´u de Akkad, en cuya cúspide se colocaba la figura de cerámica del dios que daba nombre al templo. Eso recordó al joven Gudea la cantidad de depravados sacrificios que se habían hecho ante ésta deidad.
Los estudiosos denominaban a ésta criatura alu´u lemnu sha pa la Izzu atta, significando “el alu´u sin boca”. La palabra “Kathu” significaba ominoso, y “alu´u” demonio, lo que hace suponer la terrible naturaleza de tal dios.
Llamados “cabezas negras”, pues así creían que desde lo alto les veían los dioses, los habitantes de Akkad continuaban con sus labores cotidianas; los sacerdotes oraban en el zigurat, los artesanos labraban la arcilla, los agricultores descansaban esperando el amanecer, y los guardias paseaban por las murallas de adobe.
Llegó entonces Naashim ante su hijo Gudea mientras portaba unas tablillas en las que escribía con su cuña, y el joven preguntó a su progenitor en lengua aglutinante: -“Padre, ¿por qué razón los sacerdotes sacrifican en honor a ese demonio”
Naashim respondió mesando su frondosa barba bífida: -“Hijo mío, no debes hablar así… Kathu alu´u es una deidad colérica, si Él percibe que maldices su nombre o te escuchan los monjes de Akkad perecerás en poco tiempo”-
-“Pero padre, ellos…”-
-“Su forma de actuar es incuestionable, hijo mío. No debes inmiscuirte en los asuntos que superan la concepción humana… es lo que aprendí de mi padre, y él del suyo; es hora de que comprendas que somos una mota de polvo en el universo, una débil ráfaga de viento en la historia”- explicó el sabio Naashim.
Gudea estaba enfurecido, desafiaba a los religiosos. Su amada había perecido en uno de aquellos horrendos rituales en honor a aquella figura octopoide de cerámica, y desde entonces despreció al demonio sin boca. El joven –al igual que el resto de los habitantes de la vieja urbe de adobe- había tenido que estar presente en la cruel ejecución, y comprobó que los monjes del templo leían sus oraciones del libro de Akkad; el siniestro volumen estaba escrito en una lengua que tan solo los sabios conocían, y profería una serie de alabanzas al señor bajo las aguas.
Dispuesto a frenar los terroríficos sacrificios públicos, el joven Gudea se planteó acceder al zigurat y robar el libro; si su padre o cualquiera de los ciudadanos de Akkad le veía, se daría la alarma y perdería la vida.
Aún a riesgo de perecer bajo el yugo del culto, Gudea avanzó hasta el gran templo escalonado y ascendió las escaleras en la noche. Las antorchas de los guardias refulgían, por lo que no le fue difícil acceder al interior, erosionado por los años.
Los monjes avanzaban en fila hacia el oratorio, pues ya habían “bendecido” el púlpito y la daga serpenteante; numerosos símbolos arcanos de procedencia desconocida adornaban las paredes de roca, y Gudea avanzó vigoroso por los túneles de la edificación. Aguardó frente al oratorio esperando la salida de los monjes y observando el atril donde el libro de Akkad permanecía abierto.
Una vez concluidas las extrañas oraciones, los religiosos sumerios abandonaron el habitáculo dejando al hijo de Naashim a solas con los sagrados textos, los cuales agarró sin dilación y escondió bajo su embadurnada túnica. Al salir del templo recorrió las escalinatas y marchó en dirección a la costa, pero fue avistado por su padre cuando abandonaba la ciudad cruzando los muros pétreos.
La pérdida no tardó en ser descubierta y los monjes surgieron del zigurat; Gudea corrió hacia un caballo y cruzó las arenas a gran velocidad jactándose de su logro. Fue Naashim detrás de él para ayudarle y los monjes también le persiguieron.
Los servidores del dios perdieron a Gudea y a su padre en los cañones al este de la ciudad, y Naashim le preguntó a su hijo.
-“¿Por qué has robado el libro de Akkad? ¿Acaso no escuchaste lo que te dije?”-
-“Sí, padre. Sabes que siempre te he sido leal y obediente, pero también conoces los sentimientos que albergaba hacia la que iba a ser mi mujer, y ellos la quitaron la vida”- respondió el joven.
-“Has escapado audazmente de tus perseguidores, pero no son los hombres a los que has de temer, hijo mío. El sacrilegio no quedará impune, Gudea, y nadie podrá protegernos”-
Sabiendo que su hijo se había sentenciado, Naashim, que profesaba un gran amor por él, había sacrificado su vida al acompañarle.
-“¿Y qué ha de hacerse con tales escritos para que no vuelvan a la ciudad de Akkad?”-
-“Me temo, hijo mío, que aunque quememos tales palabras, reaparecerán tarde o temprano, pues Él goza de terribles poderes capaces de doblegar la mente de los hombres, y en ocasiones despierta para ayudar a los suyos”-
Naashim agarró el viejo libro y comenzó a leer detenidamente aquellas palabras; a pesar de desconocer las terribles energías que tal volumen desprendía, la curiosidad siempre había ido unida al viejo astrónomo.
-“Ph´nglui mglw´nafh ia ia Kathu alu´u F´thang”- dijo en voz alta Naashim sintiéndose como si estuviera obligado a leer aquel párrafo de palabras ininteligibles. Con sus cansados ojos releyó algunos fragmentos del tosco libro cuando el suelo bajo sus pies comenzó a temblar.
Padre e hijo cayeron al suelo sin poder mantener el equilibrio ante tal movimiento de tierra; parecía que un terremoto asolaba la zona.
-“Deberías haberme hecho caso”- reprendió Naashim a su joven hijo –“Ser impetuoso no lleva hacia el buen camino, Gudea”-
El corrimiento de tierra se tornó más pronunciado y una sombra terrible, de negritud e inmensidad inimaginables, abarcó las arenas del desierto. Cuando ambos se giraron hacia el horizonte observaron una figura que lo abarcaba todo, un ser de terribles proporciones que se desplazaba lentamente, como si un pedazo de alguna cordillera avanzara hacia ellos provocando aquellos temblores de gran magnitud.
El desproporcionado ser octopoide caminó hacia ellos, pues Naashim había leído erróneamente unos párrafos del viejo escrito; allí estaba, terrible y enfurecido a pesar de que su rostro no contuviera cólera o cualquier otro signo de humanidad.
La bestia inconmensurable, la desmesurada mole de carne pútrida, se dirigía hacia los aterrados sumerios –paralizados por el pánico- y bramaba produciendo sonidos que causaban la demencia a aquel que los escuchaba. Naashim y Gudea taparon sus oídos y retrocedieron torpemente paralizados por el miedo.
El terrible dios movía sus flagelos que pendían del lugar donde normalmente iría emplazada la boca, y extendió sus terribles alas que quizás midieran kilómetros abnegando de luz las tierras que se extendían hasta el mar. Sin mediar palabra, preso por la locura y el pánico, Naashim agarró una piedra y acabó con la vida de su hijo Gudea, pues prefería la muerte para su querido primogénito antes que un destino imposible de albergar en la mente humana.
Cuando la criatura se aproximó hasta las cercanías, aquel inmenso ser que ya no podía ser abarcado con la vista, Naashim corrió hasta la cima de un acantilado rocoso y se despeñó gritando eufórico.
Así, por un simple error al tratar de averiguar más sobre aquello que supera a los hombres, Naashim y Gudea perecieron asediados por la más terrible de las locuras. Pues las constelaciones guardan terrible secretos, saberes ocultos que deben permanecer fuera de nuestro plano y comprensión.
Según cuentan, a los tres días sin luz –llamados las tres tinieblas por los habitantes de Sumeria- el libro de Akkad volvió a aparecer misteriosamente en el atril del zigurat de Kathu alu´u, sin explicación alguna. Ningún solo hombre conocedor del funesto destino de Naashim y su hijo, volvió a cuestionar durante años al terrible dios, pues es evidente su poderío ante nuestra insignificante raza; cuando fue puesto de nuevo en tela de juicio, las epidemias y las guerras se propagaron por la zona destruyendo a sus habitantes y acabando con tan prolífico reino; porque solo existe un reinado y es superior a nosotros, porque desconocemos el motivo y significado de las antiguas lenguas, construidas para fines ajenos a nuestro entendimiento.
Kathu alu´u, el que fue sepultado bajo las aguas en la ciudad de R´lyeh, y que aguarda su despertar definitivo en el que la emprenderá contra el reinado de los hombres.

-Extractos populares del despertar de Kathu alu´u de Akkad hallados por Alec Carter el 26 de Noviembre de 1913 en la región baldía correspondiente a la antigua Sumeria. El eminente antropólogo se basó en varios escritos para completar el relato-

Presentación concluida

miércoles, 17 de octubre de 2007



La presentación fue un éxito rotundo. Muchas gracias a todos los que asistentes. Y a los que no pudieron venir, que no se preocupen, pues pronto haré una nueva presentación y realizaré algunas lecturas de diversos relatos.

De nuevo gracias a todos :)

Una nueva noticia: VooR Producciones, nuestra productora cinematográfica, ya tiene blog, por lo tanto pronto recibiréis noticias acerca de nuestros proyectos y cortometrajes. Aquí os dejo la dirección; espero que disfrutéis tanto de la saga de libros como de las películas.



VOOR PRODUCCIONES, HAZ CLICK AQUÍ!

Un saludo desde el Abismo!

7 días para la presentación

miércoles, 10 de octubre de 2007



Se acerca el día de la presentación y no doy a basto...

En fin, amigos, he de anunciar que próximamente comenzará el rodaje de un cortometraje basado en uno de mis relatos, y por supuesto, en honor al gran maestro Lovecraft... No sabía que un rodaje provocaba tanto estréss, pero aún me encuentro en buena forma.
Una vez esté terminado lo subiré a la web para que todos podáis verlo. Espero que lo disfrutéis.

Mañana ya dispondré de cierto número de ejemplares, por lo que los que no podáis asistir al evento y queráis adquirir uno, me lo podréis comprar a mí.

Y poco más tengo que deciros, porque hay mucho trabajo por delante. Confieso que estoy impaciente.

Un saludo desde el Abismo. Y cuidado, pues no está muerto lo que yace eternamente...

Publicación de Relatos desde el Umbral

lunes, 1 de octubre de 2007

Relatos desde el Umbral - Volúmen 1 será publicado el día martes 16 de Octubre de 2007 a las 20:00 horas en el Urban Madrid Café.



Siento haber mantenido la web descuidada, pero me he mantenido inmerso en la escritura y apenas tuve tiempo de actualizarla. En definitiva, quiero daros las indicaciones de la publicación del libro que Entrelíneas Editores presentará el martes. Daré un pequeño discurso acerca de Lovecraft y mis relatos, y posteriormente se podrá adquirir el volúmen 1 de esta saga por el precio de 15 €

DATOS DE LA PRESENTACIÓN:

Lugar: Urban Madrid Café. Plaza de San Martín, 3. (Creo que el metro más cercano es el de Callao) Telf: 91 522 32 72

Fecha: 16/10/07 - 20:00 horas

Creo que la página de la editorial aún no ha sido actualizada, por lo que no aparece el libro en cuestión, pero os dejo el enlace para que accedáis dentro de unos días y podáis echar un vistazo a la sinopsis y demás: http://www.eraseunavez.org

Espero veros por allí y que os guste. Muchas gracias y un saludo!

El joven Lovecraft

martes, 8 de mayo de 2007




El viernes día 16 de Marzo de este mismo año, se cumplió el 70 aniversario de Howard Philips Lovecraft. Coincidiendo con el mismo, el cómic El joven Lovecraft -una obra de Josep Oliver y Bartolo Torres-, salió a la venta en librerías especializadas de toda España.

El joven Lovecraft, narra en clave humorística la infancia del conocido escritor de terror norteamericano, el cual ha significado para el terror lo que Kant para la filosofía.

Diabolo Ediciones ha sido la encargada de publicar el cómic, que ganó el premio Art Jove 2005 al mejor guión de cómic en Balears.

Más información en el blog de El Joven Lovecraft.

Supernaturalis

Mis queridos amigos, bienvenidos de nuevo a Relatos desde el Umbral. Existen horrores del pasado que no deben nombrarse, y sabed que todo mito partió de la realidad en un primer momento...
A continuación incluyo un relato con el que pretendo homenajear la obra Dagón de H.P.Lovecraft, y se titula:



Supernaturalis
Por Roberto Julio Alamo

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Hydra, la mayor constelación en el firmamento cercano, donde Alfard y Epsilon-Hydrae refulgen con fuerza, siempre ha llamado la atención de los hombres. La gran serpiente que se retuerce, así aparece en los mitos griegos. Apolo envió a su cuervo –Corvus- para que buscara agua, pero éste descansó en su largo viaje. Finalmente, una vez había recogido el agua, trajo consigo también una serpiente acuática para justificar su tardanza. Apolo, dándose cuenta del engaño perpetrado, lanzó a Corvus junto a la taza y a la serpiente hacia el cielo, dando lugar así a las constelaciones de Hydra, Cráter y Corvus. La Hydra fue identificada por los griegos como Hidra de Lerna, vencida por Hércules siendo uno de sus doce trabajos. La despiadada bestia acuática de aliento venenoso hubo de enfrentarse a Heracles. Su guarida se hallaba en el lago de Lerna, en el golfo de la Argólida –cerca de Nauplia-. Decían los textos que bajo sus aguas se hallaban las entradas a los abismos, custodiadas por dicha bestia. Hija de Tifón y Equidna, fue criada por Hera cerca de la fuente de Amimone en Lerna. Lerna, fuente que Poseidón creó en memoria de Danáe, sirvió de morada a la bestia. Plinio, posteriormente, bautiza a Hydra como Madeo Mâter Mare en su libro “Alteramphiarâus Bestiarius Anômalus”, y menciona las ánforas, frescos y mosaicos en los que tal criatura se representa, a la cual dotan de vida de tal modo –tanto en descripciones literarias como en la tradición oral- que llega a parecer un ser existente alejándose de la mitología.

A continuación expondré los increíbles textos del escriba Alcibíades de Creta, marino versado en las letras, perteneciente a la corte de Duban, durante la etapa prealejandrina. En abril Sócrates había sido víctima de la reacción “democrática”, y no mucho ha de la paz de Antálcidas:

[...] Partimos de tierra de Alonis tras resolver asuntos de poca importancia. Surcamos las aguas del Egeo, el mar que vio morir despeñado y ahogado al rey del mismo nombre, y avanzamos hacia las costas de Persia. Viajaba junto a mi viejo amigo, Harmodio Anatolio, heroico soldado de alto rango, que portaba presentes para el ejército en su galeaza. Las milicias se mostraban inquietas y no cesaba el rumor de que Poseidón arremetería contra nosotros. Los temerosos marinos hablaban de la presencia de Hydra en el Egeo, que no mucho ha sumergió en su lecho líquido a varios navegantes de brava destreza. Decían éstos que los Rodios, los mejores navegantes que hemos llegado a conocer, sucumbían por igual ante la ira de la bestia.

Me inquietaba aquella reacción en los tripulantes, pero al cabo de dos días me acostumbré. Decidimos hacer un alto en el golfo de Tesalónica cuando nos topamos con los restos de un naufragio. Pedazos del mástil y el casco de un navío flotaban adustos y resplandecientes aún; los marinos en seguida –como temía- achacaron aquel percance a Hydra. Bien era cierto que los piratas de la zona habían perpetuado el mito de la bestia formando la Orden del dios Dagon -κόσμος,ου θεός,οῦ Δαηον-, pero aquella no era obra de saqueadores, sino de algo más despreciable si cabe. Ningún marino de los que tripulaban el barco hundido, ninguno había sobrevivido. Lamentamos su pérdida rezando porque su estancia en el Hades fuera lo más placentera posible y proseguimos con la ruta trazada. A varias yardas de las costas de Tesalónica, que aún no eran visibles debido a la calima levantada por las arenas africanas, cesó el oleaje y la mar quedó en silencio; luego comenzaron a bullir las aguas a modo de cocción, y alrededor parecieron desatarse mil tormentas. Todos estábamos nerviosos, pero el bueno de Harmodio Anatolio mantuvo la calma y reprendió a sus hombres por su visible cobardía. ¡Habrían de proseguir! Aún recibiendo las ordenes de mi viejo compañero, los navegantes temían encolerizar al dios de las aguas y de ese modo tentar a la suerte. Un grupo de hombres, los más susceptibles, hablaron de terribles y vengativos demonios del mar, los monstruos filisteos que raptaban a los hombres por la eternidad. Muchos aseguraron que los espíritus de los tripulantes del navío naufragado jamás llegarían al Hades, pues habían quedado prisioneros bajo las aguas del mar. El océano, que cautiva a los hombres, con su llamada los atrae y una vez se ha hecho con ellos jamás los suelta.

¡Qué espanto vieron mis ojos! No comprendía nada. La bruma –pues la calima se había disipado dando lugar a intensa niebla- ocupaba todo cuanto podíamos ver; a lo lejos, siluetas se fueron haciendo visibles, y pronto logré discernir entre las formas que allí se hallaban. Obeliscos con representaciones de extrañas y aterradoras criaturas se erguían ante mí; enormes bloques de piedra en forma de prisma que, titánicos, se elevaban mostrando aquellas rudimentarias tallas. Los jeroglíficos, que evidentemente pertenecían a épocas inmemoriales, correspondían a una civilización desconocida para nosotros los griegos. Las criaturas dibujadas en la piedra mostraban humanoides encorvados introduciéndose en el agua, extrañas criaturas anfibias; en las bases pétreas de tamañas estructuras, criaturas iguales a las anteriores pero descomunales –y por tanto mucho más detalladas- nadaban en aquel mar trazado en roca.

Hasta que Harmodio Anatolio no me lo certificó, no me tomé en serio que nos hubiéramos extraviado en el mar Egeo, pero así era. ¿Dónde demonios nos hallábamos? ¿Sería una burla de los dioses del Olimpo? ¿Se estarían mofando de nuestra desdicha? Las aguas se tornaron negruzcas y pastosas, y el avance de la galeaza deceleró hasta que finalmente encallamos. Sumidos en la desesperación, muchos de los marinos y milicianos se agazaparon y pidieron clemencia a voz en grito. Me recluí durante horas en la bodega de la embarcación, negándome a otear el horizonte de tan sombrío lugar. ¿Sería el tártaro donde estábamos? No puedo describir mi nostalgia, pues añoraba mi Ampurias natal y en ocasiones derramaba lágrimas por mi hogar. Hacía dos largos años que no había pisado la tierra que me vio crecer. De Éfeso me había trasladado a Pérgamo, y después a las costas de Alonis. Ahora ni siquiera sabía dónde estaba ¿Cuándo terminaría mi travesía? Inmerso en tristes pensamientos, escuché que algún marino gritaba y caminé hasta la cubierta. Varios tripulantes aterrados señalaban por la borda y decidí asomarme.

Una gran masa emergió del mar y todos retrocedimos al unísono. Algunos de los tripulantes corrieron a encerrarse en la bodega, y Anatolio, aunque también temeroso, mantuvo el aplomo necesario para impedir que los milicianos se amedrentasen. El encuentro con Hydra había llegado, y la bestia se irguió y arremetió contra el barco. Aquel monstruo, que según los marinos extranjeros era hermano del más grande demonio filisteo, se revolvió realizando extraños y ensordecedores sonidos, y observó a los tripulantes con desprecio. He aquí que los dioses reprimidos, desgajados de su corte, apartados de su puesto en la jerarquía, buscaban venganza. Aquellos que fueron olvidados, aquellos que tanto tiempo han aguardado, han de regresar, pues reclamarán lo que siempre fue suyo. Al observar a la bestia comprendí su magnitud, pues antes de que el primer hombre pusiera su pie sobre la faz de la tierra, aquel ser ya había vivido durante centurias. Sus ojos, que denotaban que lo había visto todo, no guardaban ninguna expresión ni humanidad, como los ojos del pez, terroríficamente inexpresivos. Una especie de saliva aceitosa cubierta de pestilentes grumos surgió de sus fauces, e hilillos de limo se entrelazaban con sus dientes. Entre la tripulación comenzó a haber arcadas, y pronto las nauseas estallaron en vómitos. Escabrosa situación ante la que nos hallábamos, puesto que existen cosas en el mundo que pueden desencadenar la mayor de las repugnancias.

Y aquella majestuosa bestia que era la gran Hydra de las profundidades insondables, aquel coloso monstruoso y bramante, no se asemejaba a la descrita por Homero en su obra. Su aspecto era similar al de un anfibio, al de un batracio monstruoso. Colosales membranas servían de unión para sus inmensas garras. Era más terrible que cualquiera de las criaturas que alberga el magín humano, y tanto miedo infundaba que imposible me es describir con palabras tamaña criatura. ¡Bestia nacida de Equidna, moradora de las aguas! Sin apenas esfuerzo apartó el mástil de su camino partiéndolo por la mitad. El monstruo, cual cíclope encolerizado, se abalanzó sobre la embarcación partiendo la estructura de madera; al verme en una situación tan peligrosa, reconozco que el pánico se hizo conmigo y perdí el conocimiento mientras no dejaba de observar a la bestia. No veía nada, aunque de vez en cuando el grito agónico de alguno de los marinos me helaba la sangre. No se como sobreviví a tan terribles acontecimientos. Amanecí cubierto de arena y empapado de pies a cabeza. Me encontraba mal, atontado. Tosí repetidas veces y miré a mí alrededor. Logré distinguir algunos olivares y vides comprobando que me hallaba en costa cretense, y al poco de avanzar por un sendero cercano, atisbé los edificios quedando perplejo. Piadosos fueron los dioses conmigo al depositarme de nuevo en mi hogar. ¡Por mis descendientes que jamás volveré a poner el pie en un navío! ¡Nunca regresaré ante el oleaje que esconde tales horrores! Así pues, dejo constancia de la fatalidad de mi viaje, y advierto a los navegantes que jamás osen tentar a la suerte, pues yo, habiendo sufrido lo aquí narrado, he descubierto que la sensatez ha de primar ante el valor para no tornarse temeridad
[...]

Multitud de historiadores del s. XIX –época en la que se dio con los escritos de Alcibíades de Creta- negaron que los textos pertenecieran a la época y los tacharon de una mera imitación. La controversia suscitada por dichos escritos se dilató en el tiempo hasta que en la tercera semana de Mayo de 1923, las vetustas páginas fueron robadas de los sótanos del Museo Arqueológico Ateniense. Actualmente se lamenta la pérdida del escrito, pues con los medios que tenemos a nuestro alcance hubiéramos salido de dudas de una vez por todas. Pocos son los que recuerdan la polémica del relato de Alcibíades, y menos aún los que defienden su veracidad.

Palabras de un hombre muerto

domingo, 29 de abril de 2007


Palabras de un hombre muerto
Por Roberto Julio Alamo



No se cuanto tiempo llevo aquí, dejé de calcularlo hace demasiado. Poco me acuerdo de las personas a las que conocía, y siento, como si una daga me atravesara el corazón, el tener un vago recuerdo de mi amada. Tanto he olvidado... ¿Y por qué? Me parece que ya llevo siglos sin ver la luz del sol, encerrado en ésta prisión de fría piedra. Ninguna ventana, ningún resquicio en los agrietados muros pétreos. ¿Qué hacer? Paso las horas en vela, temblando, implorando a la muerte que me lleve, pero no lo hace. Intento aguantar todo el tiempo que me es posible despierto, pero no logro permanecer lo suficiente.
Al despertar, siempre me espera un humeante plato de carne asada y una jarra de barro cocido llena de agua. También me dejan velas, y una pluma, un tintero y cuartillas. Estoy cansado de ésta pluma, de mi letra, de mi propio sudor. Estoy cansado de vivir. Escribo sin cesar en éstas páginas amarillentas, sin parar un solo momento, y luego se las llevan. ¿Qué quieren de mí? He intentado más de una vez quitarme la vida clavándome la pluma, atravesando mis frías venas, pero después despierto ¡Y estoy curado! ¡Malditos sean! ¡Que me quiten la vida! ¡Qué me despojen de ésta sufrida carga!
Intenté dejar de comer durante semanas, pero cuando me encontraba tan débil que apenas podía moverme, cuando mi vidriosa mirada, ya trastornada por la costumbre a la negritud, apenas veía, alguien me dio de comer. Yo no quería, no deseaba aquello, pero una mano me agarró fuertemente, y otras dos me obligaron a abrir la boca. ¿Quiénes son mis captores? ¿Puede acaso existir un hombre o varios tan viles, tan despreciables? ¿Qué clase de tortura es esta?
Durante los primeros meses que estuve aquí, me consolaba pensando en que saldría de aquí, en que vería de nuevo a las personas que he olvidado. Que desgraciado soy, muerto en vida, sin recuerdos que me hagan seguir viviendo. Tan solo consigo acordarme de que amé a una mujer, y en ocasiones recuerdo su olor, y me da ganas de continuar, pero después abro los ojos y no veo nada, nada más que oscuridad y la luz de una vela reflejada en la piedra gris.
Ahora, ahora que he olvidado mi crímen –pues sin duda debí haber cometido una atrocidad terrible para merecer éste castigo-, ¡ahora se abre la puerta! Una puerta invisible, en la pared, un muro que se ha desplazado. Los ojos me duelen terriblemente, me arden al tomar contacto con la luz, y no distingo nada. Absolutamente nada. Me tapo los ojos para evitar el dolor y me deslizo hasta la salida, pero me paro. ¿Qué estoy haciendo? ¿Se trata de mi libertad realmente? No, no puede ser.
El miedo me come las entrañas, no puedo moverme a pesar de que veo esa salida. ¿Acaso no me esperarán más años de sufrimiento en el exterior? ¿O quizás una muerte segura? Estoy débil, muy débil. No, no caeré en su trampa. ¡Se creen que estoy loco, que me han desquiciado con su tortura! No saldré de este lugar, pues este es mi hogar, donde he pasado hasta el momento que puedo recordar. El temor hacia el exterior, hacia lo que hay al otro lado del muro, no me deja conciliar el sueño. Permaneceré aquí, eso es. Porque lo desconocido es ahora donde moro, éste será mi lecho de muerte y no otro.

Cine en honor a Lovecraft

jueves, 26 de abril de 2007


Ya a la venta el nuevo magazine norteamericano dedicado por completo a Lovecraft.
Lovecraft Magazine



El H. P. Lovecraft film festival tendrá lugar en verano, momento en el q comenzarán a venderse las entradas. Resulta demasiado caro trasladarse hasta allí, pues del 19 al 20 de Agosto, comenzará el primer ciclo en el Alamo Drafthouse Cinema, situado en Austin, Texas. El festival se trasladará a Portland, Oregon, y durará desde el 5 hasta el 7 de octubre. Quien pueda permitirse el lujo de viajar hasta allí gozará del visionado de auténticas películas de terror.
Aquí dejo los links de algunas productoras que se dedican en exclusiva a este tipo de films:

Lurker Films

Movie Madness Video

The H.P. Lovecraft Historycal Society

Y por supuesto, añado la web de la película de HPLHS estrenada en 2005: The Call of Cthulhu, una gran producción ambientada en los años 20. Quizás de las mejores adaptaciones de una obra de Lovecraft al cine.

En expectativa estoy aún de que estrenen la nueva película: Cthulhu, cuya web es la siguiente http://www.cthulhuthemovie.com/, aunque aún no aloja información alguna.

Continuaré informando acerca del inmenso mundo lovecraftiano que nos rodea...
... y recordad:
"No está muerto lo que yace eternamente" - Howard Philips Lovecraft

El viejo lobo de mar


A pesar de que este relato no está incluido en la saga "Relatos desde el Umbral", me ha parecido interesante subirlo aquí. Espero que os guste, se trata del primer capítulo de una novela acerca de la piratería en el siglo XVI.



El viejo lobo de mar
Por Roberto Julio Alamo


Arreciaba la tormenta y la mar estaba embravecida, las gaviotas sobrevolaban el puerto de Rothersville, y se escuchaba el crujido de la madera de las embarcaciones mecidas por el agua. Tremendas olas chocaban continuamente contra la pared escarpada del acantilado, y una silueta descendió la escalinata de madera, y cruzó el viejo muelle, cojeando y aproximándose a los faroles que bordeaban el paseo. Mesó sus barbas blancas, frunció el ceño, y se resguardó alzando el cuello de su chubasquero. Junto a un pequeño bote carcomido, se alzaba una antigua embarcación, amarrada por diez sogas, y mostraba en su proa, de forma majestuosa, una estatua vetusta y bien tallada, representando una bella sirena. El hombre ascendió por la pasarela, y colocándose bajo las velas dobladas, junto al erosionado mástil, encendió un fósforo para prender un manojo de tabaco alojado en su elaborada pipa.

La ventisca golpeaba con fuerza, y empujó unos cuantos barriles, que echaron a rodar armando un estruendo. Algunos pordioseros recogían verdura podrida que los comerciantes habían tirado, y el viejo hombre, extendió su catalejo en cubierta y oteó el horizonte. El viejo lobo de mar llevaba tiempo sin levar el ancla, sin ordenar arrojar las redes de pesca, y sin surcar los mares; añoraba navegar. Conrad Melville era su nombre, y sus ojos ancianos y cubiertos de lágrimas observaban el ancho mar.

El viejo buque pesquero se llamaba El Bastión de Rothersville, e innumerables veces había viajado por aquellas aguas, y no siempre con el propósito de echar las redes; las bodegas estaban vacías, y el anciano observaba cada palmo de la embarcación con verdadera nostalgia. La tristeza le embriagaba, y sus pupilas, testimonio de sabiduría, se fijaron en el oleaje que sacudía el casco. El mar tempestuoso le había arrebatado lo que él más quería en el mundo, y aquella era la razón por la que despreciaba la vida, aquella era la razón por la que había dejado de navegar. Ningún tesoro, por muy ostentoso que fuera, lograría ahora ocupar el vacío que trastornaba a Melville. Su mente, ofuscada tras deprimentes pensamientos, no cesaba en su empeño por recordar aquellos días gloriosos en los que la vida no parecía llegar a su fin.

Los impresionantes astilleros estaban clausurados, al igual que los comercios, debido al terrible temporal que se había desatado, y el anciano infortunado, haciendo caso omiso de aquel clima adverso, caminó lentamente hasta popa y ascendió a la barandilla de roble que bordeaba la cubierta, como si de un amotinado obligado a saltar se tratara. Exhaló humo de su vieja pipa y la arrojó hacia las aguas saladas del mar, y observó como lentamente se hundía apagando la llama. Después, se giró hacia los acantilados para observar por última vez la tierra firme, y se lanzó al líquido elemento.

Qué sentido tenía para él seguir viviendo, si su amada Elsa había sido despojada de vida, si la parca, en forma líquida, se la había llevado para siempre… Mientras el viejo lobo de mar se hundía progresivamente en el agua, mientras el oxígeno se le agotaba y sus pulmones se encharcaban, él se preguntaba qué otras opciones hubiera tenido en vida si no era tal su final. Cuan irónico se muestra el destino, pues allí se ahogaba lentamente aquel viejo, que poseía uno de los secretos más codiciados por los marinos, pero que lejos de darle importancia, lo sepultaba de su recuerdo. Y Conrad Melville se hundía como lo había hecho su labrada pipa, llevándose a su eterno lecho submarino aquellos conocimientos ansiados por los avaros que surcaban aquellas aguas en busca de fortuna.

Avance de relato - El que aulla en la noche

miércoles, 25 de abril de 2007


El que aúlla en la noche
Por Roberto Julio Alamo




Sabed que hace eones los terribles dioses lucharon en "nuestro planeta" y algunos fueron expulsados, pero lamentablemente todo lo que fue en algún momento puede ser traído de nuevo...

Las nubes grises dejaban llegar apenas los rayos del Sol, aunque aquello es muy común en el norte de España.
Carlos Delgado era un estudiante de medicina en la Universidad de Salamanca, pero se había visto obligado a viajar al pueblo de Moaña, en Santander, para visitar a su abuelo, Narciso Delgado.

Según le habían notificado en la carta, Narciso padecía extrañas fiebres y constantes delirios. En Moaña todos afirmaban que se trataba de un viejo hosco y carcomido por la locura que estaba al borde de la muerte, pero Carlos guardaba el recuerdo de un hombre sabio e ilustrado en las ciencias y en las letras; y no era para menos, pues Carlos era huérfano. Su madre murió a los pocos días de darle a luz, y su padre había muerto haría unos dos años en un terrible accidente de coche.
El motivo de su visita era más bien algún método para acercarse a la única familia que le quedaba en vida.

El traqueteo del viejo ford debido al mal estado de aquellas carreteras poco transitadas mareó a Carlos, que frenó para hacer un alto y tomar el aire.

Día Primero: 2 de Octubre de 1912

Allí, en la ladera, se podía ver la antigua mansión de los Delgado, hogar de Narciso, de vallas blancas cubiertas por sinuosas enredaderas y paredes grises con el tejado oscuro, probablemente de pizarra. La niebla avanzaba poco a poco y ocultaba la vieja casa hasta que ni siquiera se podía apreciar con claridad el conjunto de viviendas que componían Moaña.

Al llegar a la ladera, Carlos avanzó por un amplio camino de piedras cubierto de hojas otoñales que, a pesar de la niebla, era fácil de seguir.

Ante él pronto se alzó la mansión con sus enormes pórticos negros de aldabas doradas. El joven se acercó extrañado a observar las aldabas, pues recordaban vagamente a extrañas caras de pez, cuando la puerta se abrió de golpe y ante él apareció un extraño personaje de semblante serio y a la vez enigmático.

-"¿Qué busca usted aquí?"- preguntó con tono seco.

-"Lo... lo siento, creo que me he equivocado. Soy Carlos Delgado, buscaba a mi abuelo"- respondió el joven algo sobresaltado tendiéndole la mano a aquel tipo tan extraño.

-"Oh"- continuó con el mismo tono carente de vitalidad -"Está bien, pase"-

El antipático hombre no le dio la mano a Carlos y le invitó a pasar de mala gana.
-"Sígame. Yo soy un íntimo amigo de su abuelo. Él me pidió que no me moviera de su lado. Me llamo Nicolás, Nicolás Bernardos"- se presentó tan secamente como en sus anteriores comentarios.

Los dos subieron por unas viejas escaleras cuyos peldaños chirriaban al pisarlos hasta llegar a un sucio pasillo alfombrado. El rechinar de las escaleras ponía muy nervioso a Carlos, pero aunque intentaba pisar flojo, seguía sonando.
En las paredes había viejas reproducciones de las pinturas negras de Goya; finalmente Nicolás abrió la puerta y Carlos pudo ver a su abuelo durmiendo, tal y como le recordaba, con su bigote canoso y falto de pelo en la cabeza.

-"Bien sabrá"- comentó Nicolás -"que su abuelo cuando está despierto delira. El médico del pueblo le recetó algunos fármacos, pero dice que no le da más de un mes de vida..."-

-"Nicolás, muchas gracias por haber hecho compañía a mi abuelo, pero si no le importa, me gustaría estar a solas con él"- dijo Carlos tratando de dejar entrever que quería que aquel extraño personaje abandonara la casa. Nicolás asintió seriamente y bajó las escaleras. Un portazo dejó claro que se había marchado, pero aun así Carlos miró por la ventana como el "amable amigo" de su abuelo se marchaba.

Al acercarse a la cama de su abuelo le comprobó el pulso y vio que era lento y débil. El pobre Narciso parecía deshidratado, así que Carlos fue al baño a llevarle un vaso de agua.

-"¿Qué demonios te han recetado?"- se dijo preocupado mirando el lamentable estado de su abuelo -"Bajaré al pueblo y hablaré con el doctor"-

De pronto la mano de Narciso agarró con fuerza el brazo del joven y gritó: -"¡Vete, Carlos! ¡Vete de éste maldito pueblo cuanto antes! ¡Ellos quieren que Él regrese! ¡Todo se sumirá en tinieblas!"- y tras su última frase, Narciso comenzó a toser y cayó rendido.

-"Malditos médicos de pueblo... ¡Normal que mi abuelo delire si le recetan drogas!"- dijo encolerizado Carlos.

El joven subió en su viejo ford y bajó hasta la botica de Moaña. Aquel lugar, a pesar de ser una simple botica de pueblo, olía a medicina tanto como sus clases de la universidad.
El pensamiento de que a su abuelo solo le quedaba él y viceversa le provocaba una extraña sensación de ira y dolor, un profundo dolor.
Carlos entró en la botica.

-"¿Le puedo ayudar?"- preguntó una joven vestida de blanco que regentaba la botica. Al parecer, en aquel pueblo, todos tenían un carácter seco.

-"Sí, por favor. ¿Podría hablar con el doctor que atiende al señor Narciso Delgado?"- preguntó Carlos amablemente.

-"Eh... bueno..."- la boticaria parecía algo nerviosa por la pregunta -"El doctor Castejón no se encuentra en éste momento. Dudo que hoy vuelva por la botica ¿Querría que le dijera algo?"-

-"No"- dijo Carlos naturalmente desconfiando -"No hace falta. Muchas gracias"- y el joven abandonó la botica haciendo sonar la campanita de la entrada.

Decidido a averiguar que ocurría, decidió dar la vuelta al viejo edificio y entrar por la ventana a la consulta del tal Castejón.

La ventana estaba cerrada a conciencia y fue difícil forzarla, pero finalmente lo consiguió haciendo uso de un hierro oxidado que encontró en el suelo.

Era un despacho grande y lleno de estanterías; había gran número de frascos con diversos compuestos y libros de todo tipo, no solo de medicina. La mayor parte de los libros estaban escritos en árabe, por lo que Carlos no pudo saber de que trataban.

Un gran escritorio lleno de papeles fue el primer lugar donde el joven decidió mirar, pero no encontró nada que le sirviera para averiguar lo que había sido recetado.

-"Probablemente las recetas se encuentren en el archivo"- se dijo intentando abrir los cajones, pero no logró abrirlos, pues estaban cerrados con llave.

Unas voces se escucharon en el exterior y Carlos cerró la ventana para ocultarse tras las cortinas, pues no le dio tiempo a salir de la habitación. A la consulta entraron el doctor Castejón y la joven boticaria.

-"¿Alguien ha dejado algún mensaje?"- preguntó el doctor mientras abría la puerta.

-"No, pero... un joven vino a preguntar por usted. Era al parecer alguien de la capital"- le dijo la boticaria.

-"¿Qué? ¿Qué quería? ¿Qué buscaba?"- preguntó nervioso el doctor.

-"Preguntó por usted refiriéndose a quién atendía a Don Narciso"-

-"Maldita sea... venga conmigo; informaremos de esto al señor alcalde"- y los dos abandonaron la habitación.

Carlos salió de su escondite pensativo, pues aquella conducta no era normal. Prosiguió su intento de forzar el archivo hasta que finalmente lo logró.

Las recetas se hallaban allí guardadas, en orden alfabético, y Carlos encontró la de su abuelo. Fuera comenzó a llover.

¡En la receta de su abuelo el compuesto estaba tachado! Se trataba de algún medicamento traído según la receta desde la Universidad de Miskatonic, en Arkham, Nueva Inglaterra. Algo fallaba en todo aquello, algo raro sucedía en Moaña...

Carlos se guardó la receta y regresó a la vieja mansión. Otro coche estaba aparcado cerca de la puerta, se trataba de un Buick 121.

El joven se puso el sombrero para taparse de la lluvia y entró en la casa.
-"¿Quién anda ahí?"- gritó nada más entrar. El joven no encontró a nadie en el interior de la casa y subió a ver a su abuelo.

-"Abuelo"- dijo intentando despertarle -"¡Abuelo!"-

El anciano entreabrió los ojos cansado e intentó hablar entre sus enfermizas toses -"Ca... Carlos... La biblio..."- Narciso se veía interrumpido por aquella tos -"El libro... consigue el libro... tu... tu padre"- El pobre viejo sufrió una insuficiencia respiratoria y cayó muerto en la cama. Las lágrimas surcaban el rostro de Carlos. Un portazo le sobresaltó y el joven miró rápidamente por la ventana; solo pudo ver un Buick 121 alejándose por la carretera en dirección a Moaña.

El joven se pasó toda la noche intentando hallar un libro, el libro del que su abuelo hablaba, en la biblioteca de la mansión; a media noche llegó la guardia civil y el juez, que autorizó el levantamiento del cadáver, así que se llevaron el cuerpo del anciano. Posteriormente Carlos bajó las escaleras y vio un frasco en el suelo, un frasco que no debía estar allí. Era hidrato de cloral, aquello que le había causado la muerte a su abuelo. ¡Cómo sospechaba alguien había causado su muerte!

Después prosiguió su búsqueda entre las titánicas estanterías llenas de antiguos tomos y al final quedó dormido.

Fue de madrugada cuando un tremendo aullido que le heló la sangre le despertó de su sueño, un penetrante aullido. Carlos se acercó a la ventana y comprobó que aún no había cesado la lluvia; a lo lejos, en Moaña, se veían gran cantidad de luces, como si todo el pueblo portara candiles y se dirigieran a algún lugar. Aquello perturbó los sueños del joven que no volvió a pegar ojo.

Próxima publicación de Relatos desde el Umbral volúmen 1




Hoy mismo firmé el acuerdo con la Editorial Entrelíneas para comenzar con todo lo relacionado con la publicación del primero de los volumenes de Relatos desde el Umbral, de los cuales ya estoy finalizando el cuarto tomo.

El precio del libro será de unos 15€, y contará con quince relatos cortos en honor a Howard Philips Lovecraft, escritor al que admiro profundamente. La producción del libro probablemente estará finalizada para Junio, aunque es posible que decida publicarlo más tarde, ya que en verano hay pocos eventos culturales.

La Editorial Entrelíneas ha aceptado la portada que confeccioné para la obra; ya han leído el segundo volumen, y estoy en espera de que lean el tercero para que le den el visto bueno.

Iré avanzando más información acerca de la publicación proximamente.