Entrevista al autor Roberto Julio Alamo, por la periodista Beatriz Núñez
A continuación incluyo una entrevista que realizó hace algún tiempo la periodista Beatriz Núñez con motivo de la publicación del primer volumen de Relatos desde el Umbral. Hasta ahora había traspapelado este documento, y ahora que lo he encontrado aprovecho para incluirlo aquí. Espero que la disfrutéis.
Antes de nada, una
pregunta para situarnos. ¿Quién es Lovecraft?
Howard Phillips Lovecraft
fue un escritor de los años 20 que apenas tuvo éxito en su época.
Nació en Providence, Rhode Island. Su afición a la literatura venía
desde niño, puesto que prefería investigar entre los libros de la
biblioteca de su abuelo a jugar con los otros muchachos. El hecho de
ser tan sumamente retraído fue una de las causas que marcaron por
completo su carácter y su forma de escribir.
Comenzó a escribir a una
temprana edad, y ya creó a uno de sus personajes más célebres,
Abdul Al-Hazred (basándose en “Las mil y una noches”, uno de sus
libros preferidos). Tuvo ciertos problemas (padecía todo tipo de
fobias, algo que también influyó en su modo de escribir; su madre
le vistió de niña haciendo creer al propio Lovecraft que era una
niña durante su infancia; vivió con su madre casi toda su vida y le
costó soportar su pérdida…) que le provocaron cierto carácter
extraño. Se cuentan muchas cosas de él, y como en todo, muchas son
mentiras.
Sus relatos eran
publicados en revistas “Pulp” como la famosa “Weird Tales”, y
debido a ello logró un puñado de seguidores, pocos pero fieles.
Lovecraft bebía en gran medida del genio Poe, aunque también Lord
Dunasay fue uno de sus autores favoritos.
Siendo alumno de la letra
de tan grandes maestros, Lovecraft fue pionero en la mezcla de
ciencia ficción y horror, y la literatura posterior que toca estos
temas, ha bebido en gran parte de él. Es una lástima que en su
época no se supiera valorar como era debido. La influencia de los
mundos que logró concebir, de las criaturas y oscuros dioses, vive
ya entre nosotros. Como ejemplo más básico: El Necronomicón, el
libro escrito por el árabe loco Abdul Al-Hazred durante sus años de
peregrinación solitaria a través del desierto (evidentemente, la
historia del libro ha sufrido gran cantidad de cambios en películas,
comics y otras publicaciones, perdiendo su verdadera esencia en la
mayoría). Gran cantidad de películas, y cada vez en mayor medida,
hacen alusiones al autor de Providence. No hace demasiado tiempo que
Lovecraft fue ascendido al panteón de los grandes escritores
estadounidenses. Pienso que con el tiempo, la buena literatura acaba
ocupando el lugar que se merece.
Incluyo una cita del
maestro Lovecraft que me gusta especialmente: “El hombre que
conoce la verdad está por encima del bien y del mal. El hombre que
conoce la verdad ha comprendido que la ilusión es la realidad única
y que la sustancia es la gran impostora”
¿Cómo es el terror de
Lovecraft?
El terror de Lovecraft es
denominado por algunos “terror metafísico”. El horror del que
habla es algo que apenas se puede definir con palabras, terrores
arcanos que habitan en la profundidad del abismo; entes
sobrenaturales pueblan el vasto universo, y resultan inconcebibles
para la limitada mente humana. Lovecraft parte de la idea de que la
raza humana, al igual que el resto de la vida en nuestro planeta,
simplemente fue un accidente, un error que se produjo en el pasado
debido a los experimentos de otros seres, los verdaderos habitantes
de este planeta.
Hay quien acusa a
Lovecraft de emplear demasiados adjetivos en sus descripciones,
aunque yo lo encuentro esencial en su escritura, ya que trata de dar
explicación a cosas que, en realidad, no serían posibles de
explicar.
En definitiva, el terror
de Lovecraft nos hace temer al vacío, a la soledad de nuestra raza
en infinitos mares de oscuridad, y también a la demencia, a la
debilidad de nuestra mente ante lo desconocido. Yo diría que es este
el verdadero terror, el que te puede inducir a preferir la muerte a
continuar temiendo…
¿Por qué escribir
relatos basados en los mitos de Lovecraft?
Me resulta interesante lo
ya comentado anteriormente, la idea de que el ser humano es tan solo
una mota de polvo en el inmenso cosmos, algo totalmente trivial que,
en términos del universo, comenzó hace minutos y terminará en
segundos. Parece que el ser humano se regocija en su grandeza, cuando
lo más probable es que Lovecraft estuviera en lo cierto, y no seamos
más que una casualidad en mitad del terrible vacío… resulta
inquietante.
Otra de las ideas de
Lovecraft que me parecen revolucionarias y me han impulsado a
escribir relatos “lovecraftianos” es la de que hay conocimientos
en nuestro mundo, dejados por seres que se marcharon eones atrás.
Resultan apoteósicas las palabras de Lovecraft cuando describe al
gran Cthulhu, que duerme bajo la ciudad sumergida de R´lyeh, o el
modo en el que describe a Yog-Sothoth, la puerta y la llave, el mayor
de los Primigenios…
La gente cada vez está
menos predispuesta al terror; las películas solo dan sustos
momentáneos de esos en los que saltas de la butaca y poco más; en
la literatura se conservan algunos de esos terrores.
A la gente normalmente ya
no le dan miedo, por ejemplo, los monstruos clásicos (los vampiros,
las momias, los hombres lobo….); son criaturas a las que hemos
perdido el respeto, ya que la sociedad cada vez es menos
sugestionable. Sin embargo, Lovecraft propone un terror diferente,
uno que, en mi opinión, jamás pasará de moda; puesto que Lovecraft
no propone que un monstruo pueda quitarte la vida o someterte a un tormento, sino que habla de fuerzas que pueden depararte destinos realmente peores que la muerte… Para mí
es un verdadero honor seguir las enseñanzas de este gran maestro, y
escribir relatos basados en su oscura mitología significa mucho para
mí, ya que puedo sumergirme en los rincones más sombríos de mi mente para
buscar aquellas cosas que producen terror, ese terror a lo desconocido y a la inmensidad que a todos nos ha embriagado alguna vez.
¿De qué tratan tus
relatos?
Tocan temas de lo más
variado, siempre dentro de una atmósfera opresiva que muchas veces
roza los límites de la locura. Escribo sobre muchos personajes y situaciones, desde crónicas situadas en plena II Guerra Mundial
hasta relatos de temática lovecraftiana adaptados al ambiente rural de la España de los años 20.
Los relatos en sí tienen
en común la idea central que mencioné antes: personas comunes y diferentes entre sí, de
diversas épocas y lugares, coinciden en chocar con fuerzas desconocidas que los
superan enormemente, con secretos y saberes que los humanos no
estamos preparados para asumir debido a nuestra primitiva naturaleza.
Lo que trato es plasmar
la desolación de un mundo tan inmensamente desconocido que lo único
que podemos hacer es resguardarnos bajo mentiras que nos oculten la
oscuridad. En parte es una cura de humildad para la despótica raza humana, que se cree el centro del Universo cuando no es más que una mota de polvo en la inmensidad.
¿Son tan inquietantes
como los de Lovecraft?
Eso no lo puedo asegurar, sería algo que debería juzgar el lector.
Yo me esfuerzo en asemejarme al gran maestro, pero me cuesta horrores llegar a compararme con él. Era un auténtico genio incomprendido, y como les
ocurre a tantos otros artistas, murió sin ser reconocido; fueron
posteriormente sus amigos, también escritores, los que le rescataron
del olvido.
En mi caso, siempre he
estado muy interesado en lo oculto, lo que está más allá de lo que
conocemos; trato de sumir al lector en una atmósfera de miedo y
curiosidad, porque esas dos sensaciones suelen ir de la mano en este
tipo de textos.
Ya que he recibido críticas de
diferentes lectores -unas buenas y otras malas, como suele ocurrir en estos casos-, y no llegan a coincidir en el relato que más miedo les causó. Yo pongo la
historia en marcha, trato de conseguir esa terrible y a la vez
placentera incomodidad, una angustia que acompañe al lector y le haga plantearse acerca de su propia existencia, pero los que deben sentir -y juzgar- el
pavor, la inquietud y la intriga son los que la reviven a través de
sus líneas.
Mi función principal es contar historias, sin pretensión alguna, para entretener al lector, recurriendo al ambiente pulp de los relatos norteamericanos de la década de 1920.
¿Cuál destacarías entre tus relatos?
¿Por qué?
Hay un relato en concreto
al que guardo mucho cariño; éste se titula “El Terror bajo
Bolton”, y versa sobre un joven que comienza a descubrir extraños
secretos acerca de su familia. Le guardo un cariño especial debido a
que logro recrear una atmósfera muy “lovecraftiana”, ya que la
mente del protagonista divaga y comienza a confundir los sueños con
la realidad… No contaré más (Te añado el relato en el mail por
si te interesa; se trata de una copia antigua, por lo que puede que
se trate del texto original sin revisar. No he encontrado una copia
más moderna)
El libro que has escrito
se titula Relatos desde el umbral, volumen 1. ¿Eso significa
que habrá un segundo volumen?
De hecho existe una
pentalogía que está casi finalizada (hasta el cuarto ya está
completada). Lo de que la publicación del II volumen es otra
historia; es decir, se publicará con toda seguridad, pero el mundo
editorial es muy competitivo, y los autores noveles como yo tenemos
las de perder ante esos nombres y portadas reconocibles en
televisión, revistas y paradas de metro.
Así que nada, habrá que
tener paciencia y esperar a que se venda toda la tirada del primer
volumen y después se podrá hablar de la publicación del segundo.
Prometo mantenerte
informada.
¿Fue difícil conseguir
que publicaran lo que habías escrito?
En realidad no tanto como
yo había creído. Probé con una editorial y fue a la primera. Se
leyeron varios de mis escritos, y dijeron que Relatos desde el Umbral
era el más apto para su próxima publicación. Creé una portada
que, según creo, capta el contenido del libro, posteriormente se
editó, y después ya se estaba vendiendo en librerías. La verdad es
que tuve mucha suerte, y la editorial se portó muy bien conmigo.
No solo la literatura
atrae tu atención, sino también el cine. De hecho, ya has grabado
algún corto...
Sí. Mi afición al cine
viene de pequeño, y al igual que Lovecraft es mi maestro en la
literatura, Spielberg lo es en el cine. Me parece que junto a otros
cineastas de su época, ha revolucionado en gran parte el celuloide.
También me apasionan los clásicos, y soy adicto a cualquier género
cinematográfico. He grabado algunos cortometrajes, principalmente de
ciencia ficción, comedia o terror; en mi opinión, en muchos
aspectos el cine es más complejo que la literatura. Requiere de un
esfuerzo común de varias partes que tienen que estar de acuerdo en
los más mínimos detalles; de otro modo es un desastre. Es un
trabajo de equipo, mientras que la escritura es un arte solitaria, en
la que solo te acompañan los personajes a los que has dado vida,
dispuestos para interpretar su papel.
Ahora estoy preparando
una serie de guiones para una futura serie de cortometrajes que
planeo comenzar a rodar en verano. Uno de los inconvenientes del cine
en España es que suele tocar los mismos temas una y otra vez (véase
la guerra civil, o la crítica social), y no digo que esas temáticas
desmerezcan, pero para un aficionado a la ciencia ficción y a los
productos de fantasía nacidos en Hollywood es poco más que una
odisea llegar a conseguir una subvención, o siquiera un mínimo de
atención…
También me dedico a la
animación en 3D, y estoy preparando algunos cortometrajes nuevos.
Espero que todo el mundo pueda disfrutar de ellos.
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